Se lavaron las manos.
La sangre (arrancar es una palabra real:
arrancar
arrancar
el dolor de los músculos
contrayéndose
intentando agarrarse
a la vida)
que corrió por el desagüe.
Sólo tú.
Sólo tu cuerpo.
Sólo tú.
Sola.
Se lavaron las manos
y no era sólo mía.
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