sábado, 27 de febrero de 2016

Miro en internet cómo serías, es lo único que tengo. Tendrías los 27 huesos de tus manos, te moverías aunque sin controlar tus movimientos, podrías reírte y fruncir el ceño y hasta chuparte el dedito.
Yo no escribo esto para cuestionar la legalidad del aborto. Yo cuento la contradicción entre un discurso que habla del aborto como algo que me empodera y me hace libre, y mi experiencia, la experiencia en la que perdí a mi hijo por hacer ‘lo que tenía que hacer’.

Yo no me siento culpable. No tengo dentro un gran conflicto entre ‘lo que en verdad deseaba’ y una carga moral que me dice ‘has matado una vida’. No lo tengo.

Yo me siento sin mi hijo. 

lunes, 15 de febrero de 2016

Ayer me di cuenta de una cosa más.


Estos días pienso mucho en cómo nos relacionamos defendiéndonos del otro. “Ese tío va a ser un capullo, va a hacerme daño”. “Esa tía me va a quitar mi libertad”.Y parece que nos acercamos así, con las manos hacia delante, en posición defensiva. Nos conocemos compitiendo, con una idea de la otra persona que configura también la idea que tenemos de nosotros mismos. Nos acercamos separándonos.


Otra de las razones por las que yo aborté, es esa. Automáticamente saltó el resorte defensivo. Como en una guerra, saqué un escudo, me defendí del enemigo, acabé con él. Porque era lo que tenía que hacer, porque esto es una guerra. Porque hay que ser competente.



Lo que pasa es que no era por nosotros por quien luchaba, ni por nuestra vida ni nuestra libertad.

Quería escribirte ‘Estoy enfadada, no dejo de estar enfadada’. Pero te escribo ‘Gracias’.


Gracias por haber venido a cambiar mi vida y ayudarme a tocar un poco de verdad.

viernes, 12 de febrero de 2016

A mí lo que me duele, lo que se me retuerce por dentro cada día, no es sólo la ausencia, la alegría que me quité de encima, que me arranqué del cuerpo, la posibilidad que nos negué.


Es también haber sentido una mentira fundamental, una decepción, una muerte disfrazada de vida. En mi caso, no es que yo no quisiera tener un hijo, ni es que la vida sea ahora mejor sin él. No lo es. Es que es que esto va rápido, muy rápido, no podemos quedarnos atrás, y mi hijo no podía participar en la carrera, era un peso extra.



Ya no puedo ser la misma persona. Después de saber eso, ¿cómo podría seguir como si nada?