Hubo un momento, al día siguiente de saber que estaba
embarazada, en que me dejé pensar en la posibilidad de tenerlo. Recuerdo
perfectamente la sensación, porque era de alivio y me alegraba.
Un amigo me preguntó que si había
considerado otras opciones, e incluso se ofreció para cuidar al bebé de alguna
forma, con su pareja- sé que parece una locura, me dijo, pero sólo quiero que
consideres que pueden existir otras opciones. Era una locura.
Sentí alegría.
Quise comentarlo a otras amigas. Pero lo escribí así: “Un
instinto horrible me hizo pensar en tener el bebé, durante 10 segundos.”, seguido
de un icono de whatsapp con una cara asustada.
Y un “No, claro que no voy a hacerlo, sólo quería contaros lo que me
había propuesto, no voy a tener el bebé.”
Escribiendo esto, ahora mismo,
me he dado cuenta de que ahí ya lo llamé “el bebé”- no lo sabía, y por un
momento he tenido ese sentimiento de alegría, otra vez.