Otra persona te nombró con una palabra científica, el conjunto
de células que eres en esa semana de
embarazo. Qué brutalidad llamarte así, me recordó a un momento terrible en la
clínica, cuando ya habíamos terminado, de vuelta al despacho, y la doctora vio
cómo yo estaba y me dijo: “No te sientas culpable, era así de pequeño” y dibujó
un puntito en un papel con un bolígrafo.
Tú eras un futuro y no estás.
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